Edición especial | Nunca había conocido esto del "Cuerpo de Cristo"
Notas sobre vivencias personales.
7.55 AM del martes 19 de septiembre de 2023. Estoy en un café, en la esquina de la clínica donde están operando a mi esposa. Las últimas 3 semanas fueron frenéticas y llenas de esperanza. Impredecibles, pero seguras. Buscaron desbancar la fe, pero no lo lograron.
En medio de una tormenta que no esperábamos, emergió la luz de Cristo, esa que hace que cualquier terremoto se vuelva un prado verde, con sol brillante y cielo azul. Conocimos otra variante de nuestro Señor. Esto lo escribo mirando el anillo de casados de Vany en mi dedo meñique derecho.
Estas cuestiones personales trastocan la dinámica del día a día y también lo que vendrá. Pretenden esquivar la mirada a Jesús, distrayendo su cuidado interminable. Nada de eso puede suceder cuando sos tan pero tan cuidado por tu familia en la fe.
Los días que menciono han pasado tan suaves, como si no existiera “tal dolor”. Fuimos con cuidado, eligiendo qué y con quién hablar, porque la precaución y cuidado son fundamentales para no llenarse la cabeza de opiniones, pero al contrario de lo prejuzgado, lo que recibimos fue aliento, palabras de sabiduría, certezas bíblicas y oración poderosa. El Cuerpo de Cristo es increíble.
“Por manera que si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen; y si un miembro es honrado, todos los miembros á una se gozan”
1 Corintios 12:26
Y quiero ser explícito: familia que no nos deja ni un minuto solos, pastores ocupados en abrazar e impulsar, líder amada, mamá espiritual que siempre te dice la justa, círculos de amistad que te dicen “dale, vamos a juntarnos”, mensajes de WhatsApp a toda hora con un “estamos orando por ustedes” y lo más épico: voy a un evento a compartir, termina y al instante recibimos más de 80 cartas personales con versículos, oración y abrazos firmados en tinta. Ahora mismo, mientras detallo todo esto, recibo mensaje tras mensaje, afirmando lo antes dicho.
Nunca antes lo había vivido de esta manera, me sorprende a cada instante el Cuerpo de Cristo.
Esta experiencia nos hace ver que nunca estaremos solos, siempre tendremos al Espíritu Santo que nos acompañará, pero también, contamos con un Cuerpo al que debemos honrar y valorar cada día. La fe es un camino de alegrías y desafíos, tristezas y esperanza, porque la vida es así, pero se vive mejor cuando la atraviesa el amor de Dios.
Antes de entrar a la clínica leímos juntos el Salmo 20 que es una verdadera locura y presiento que es el deseo de toda esta gente que nos ha alentado y guardado en amor en este tiempo:
“Nosotros cantaremos con gozo por tu victoria, y en el nombre de nuestro Dios alzaremos bandera. Que el Señor cumpla todas tus peticiones.” Salmo 20:5 LBLA
Esperamos pronto volver a la programación habitual de este espacio, mientras tanto, sigo aguardando el llamado de la doctora.
Quería compartirles eso que escribí hace casi un mes. Ahora, mirando hacia adelante, seguimos avanzando en familia y firmes en la fe que profesamos. Mi esposa sigue en el proceso y Dios siempre fiel a cada instante.
Este newsletter volverá a su programación habitual. Nos encontraremos cada semana en tu correo y seguiremos edificando el Reino juntos.