Pasé por el proceso del COVID y la victoria fue de Jesús. Luego de tres semanas vuelvo a estar en contacto con vos; fueron días de lucha, incertidumbre y fortaleza. El jueves 1 de abril viajamos con mi familia a Tandil, Buenos Aires, para disfrutar de cuatro días de descanso con mis papás. Y de verdad que los primeros tres días disfrutamos mucho de pasear, conocer lugares y comer rico. PERO, el sábado en la noche llegaron los síntomas y el domingo temprano emprendimos el regreso a casa. Todo lo demás fue un caos de fiebre, diarrea, dolor muscular, falta de gusto y olfato, internación de 6 días, oxígeno full y recuperación milagrosa. Dios me sanó y lo vi de forma real y palpable a través de mi esposa, mis hijos, mi familia, mis pastores, amigos y toda la familia Catedral de la Fe que acompañó cada día orando y declarando vida. Nunca viví algo así, ese amor me abrumó.Aquí estamos, una lucha más, una victoria más y Dios sigue siendo fiel a sus promesas ❤️ y claro, hay que volver con todo para seguir edificando el Reino, creciendo en las relaciones de amistad y cariño con tantas personas con las que trabajo día a día. Si estuviste orando por mi en este tiempo, gracias.Te comparto el devocional que me acompañó en los días de internación: Jesús venció al Coronavirus.
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IgleTech #4 | Esta edición es para leer con…
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Pasé por el proceso del COVID y la victoria fue de Jesús. Luego de tres semanas vuelvo a estar en contacto con vos; fueron días de lucha, incertidumbre y fortaleza. El jueves 1 de abril viajamos con mi familia a Tandil, Buenos Aires, para disfrutar de cuatro días de descanso con mis papás. Y de verdad que los primeros tres días disfrutamos mucho de pasear, conocer lugares y comer rico. PERO, el sábado en la noche llegaron los síntomas y el domingo temprano emprendimos el regreso a casa. Todo lo demás fue un caos de fiebre, diarrea, dolor muscular, falta de gusto y olfato, internación de 6 días, oxígeno full y recuperación milagrosa. Dios me sanó y lo vi de forma real y palpable a través de mi esposa, mis hijos, mi familia, mis pastores, amigos y toda la familia Catedral de la Fe que acompañó cada día orando y declarando vida. Nunca viví algo así, ese amor me abrumó.Aquí estamos, una lucha más, una victoria más y Dios sigue siendo fiel a sus promesas ❤️ y claro, hay que volver con todo para seguir edificando el Reino, creciendo en las relaciones de amistad y cariño con tantas personas con las que trabajo día a día. Si estuviste orando por mi en este tiempo, gracias.Te comparto el devocional que me acompañó en los días de internación: Jesús venció al Coronavirus.